jueves, 10 de julio de 2014
CAPITULO 105
"¡Soy un ciudadano americano!" Guille gritó, y luego se dejó caer en el sofá de la histeria. Fue probablemente la décima vez que hacia esta proclamación, en los últimos quince minutos.
"Así que," comencé. "Les pagaste a esos hombres cien dólares para asustarnos hasta orinarnos. ¿Cómo resultó eso para tí?"
Ignorándome, Guillermo pretendía enjugar una lágrima. "Su grito de guerra patriótica, al final se va a quédate conmigo durante toda mi vida."
"Fue bastante sorprendente", Maxi agregó.
Nos sentamos alrededor de una mesa baja de vidrio en un bar elegante en el Bellagio, nos sentamos en unos sofás de gamuza suave y bebimos nuestro millonésimo coctel de la noche. Mi embriaguez se coló en mí, hasta este momento, yo realmente no la había sentido. Pero con mi adrenalina deslizándose lentamente por mis venas, y sabiendo que las chicas estaban a salvo en sus camas, mis miembros se pusieron pesados con los efectos de nuestras aventuras, y el alcohol acumulado.
A nuestro alrededor, el bar estaba tranquilo, eran bien pasadas las tres de la mañana, y la mayoría de las personas restantes estaban en el casino, o en uno de los bares más salvajes.
Por el rabillo de mi ojo, vi a un hombre acercarse a nuestra mesa. Llevaba un traje de chaqueta, un auricular, y tenía la clara mirada de importancia. Los camareros hicieron sitio para él, todos le ofrecieron saludos nerviosos. Es evidente que alguien de la circunstancia se dirigía a nosotros, y dado que Guille estaba sentado en la mesa, me sentía reacio a pensar que estaba jodiendonos de nuevo.
"Caballeros", dijo el hombre, de pie en la cabecera de la mesa. "Ustedes deben ser Pedro, Maxi, y Guillermo ".
Todos asentimos, compartiendo bromas.
"El mayor señor Alfonso nos acompaña en la sala de los grandes apostadores," él dijo . Así que ahí es donde Fede había llegado. "Sin embargo, su teléfono está muerto, y él me pidió viniera a verlos. Mi nombre es Michael Hawk, y yo soy el vicepresidente de relaciones con los clientes aquí en el Bellagio."Mike Hawk: la pronunciación de este nombre suena como "my cock" que significa "mi polla".
Eche un vistazo a mis amigos, para ver cuando se registraron que con algunas personas en su vida, este el hombre podría ser conocido como *Mike Hawk*. Guillermo cerró los ojos por un instante, tragó saliva con esfuerzo, y luego los abrió de nuevo, conteniéndose a sí mismo.
Maxi asintió, y para mi fascinación por completo, tuvo que morderse su labio superior para reprimir cualquier reacción adicional.
"Yo quería asegurarme de que estaban disfrutando de su noche," el Sr. Hawk continuó, mirando a cada uno de nosotros.
"Ha sido fantástica", le respondí, incapaz de apartar la mirada de Maxi. Yo no había visto nada como esto de él en al menos una década: su labio tembló, lo cubrió con su dedo, y sus ojos comenzaron a lagrimear. Por último, miró hacia mí. . . y entonces él maldito no aguanto más.
Con una mano extendida sobre la cara, Maxi se recostó en el sofá y se sacudió de risa simplemente estaba bastante bebido , y lo suficientemente cansado y jodido por la noche de locura que pasamos y ahora perdiendo la cordura en frente de un hombre llamado Mike Hawk que estaba delante de nosotros. A su lado, Guille estaba rojo antes de doblarse y cubrirse el rostro con ambas manos.
"Lo siento," Guille jadeó desde detrás de sus dedos. "No quiero ser grosero, el Sr. Hawk. Solo que es demasiado."
Volviendo al hombre al lado de nuestra mesa, me sonrió.
"Muchas gracias por el check in. Siga con lo suyo y hágale saber a Fede que estamos bien."
Mike Hawk no era un hombre alto, y él no parecía tan duro e intimidante como los ejecutivos del casino en las películas como me esperaba. Tenía una altura media, con una cara amable, redonda y los ojos llenos de entendimiento. Le dio un poco de risa, sacudiendo la cabeza antes de dejarnos "Disfruten de su estancia, señores. "
"Me gustaría decir para que conste," Comencé una vez que se había alejado, "que yo soy el único maldito en esta mesa que fue capaz de mantener su culo cerrado."
"¡Mike Hawk!" Maxi prácticamente me gritó, dejándose caer en sus mano. Tenía los ojos rojos de tanto reír. "¿Cómo se supone que no voy a perder la cabeza por eso? Eso es como encontrarse con un maldito unicornio".
Guillermo se inclinó para chocar los cinco con él, y luego suspiró, apoyando su cabeza contra la parte posterior de la sofá. "Mierda esto puede haber sido lo más detacado de la noche."
"La noche es joven", dijo Maxi, recuperándose con sólo un ligero insulto a sus palabras. Miró el vaso vacío de Guille.
"Pediré otro."
"No. Es demasiado tarde para emborracharme y llevarme por el mal camino."
"Garçon!" Grité sonriendo. "Un whisky para el cascarrabias. Traiga a toda la botella si lo desea."
"Te lo dije, Pedro, no estoy bebiendo eso." Guille puso cara de ira fingida. "Es demasiado tarde para fingir que me quieres."
El camarero deslizó el vaso de whisky en frente de Guille y, con un tintineo tranquilo, colocó toda la botella al lado de él.
Guille me miró a través de la botella, y luego sacudió la cabeza. "No."
"La cosa es," DIjo Guille, lanzando un brazo descuidado alrededor de mis hombros. "Las mujeres son difíciles."
Hizo un gesto con el dedo índice de su mano libre en frente de mi cara. "¿Con qué frecuencia uno se puede imaginar salir de esta manera? "Arrastró la a unos cinco segundos luego se tambaleó hacia adelante, tratando de alcanzar su vaso. Se deslizó fuera de sus dedos antes de que finalmente lo capturó con la palma de su mano.
"Sólo una", admití. "E incluso con Paula, que es diferente que con ustedes. Trato de poner freno a eso de tomar posesión." Me froté la mandíbula, reconsiderándolo. "Más o menos."
"tu frenando para no tomar posesión es como yo frenando el. . ." Se calló, pensando. "El algo. Tengo hambre." Se pasó una mano por la cara y miró su reloj. Al mismo tiempo que yo comprobaba mi teléfono. Eran casi las cinco y media de la mañana. "En realidad, estoy cansado. Nos veremos para el almuerzo al mediodía y así comenzaremos esta puta despedida de soltero de nuevo mañana."
Los tres nos quedamos de pie, cerrando nuestros ojos, nos dirigimos hacia los ascensores, cada uno de nosotros luchando con nuestros bolsillos para encontrar la llave de la habitación para mostrarlas al de seguridad. Nos quedamos en silencio cuando se abrieron las puertas. Esta felizmente borracho y listo para un buen polvo con mi lady arriba. Yo casi no podía esperar para ver con lo que podíamos despertar mañana.
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