jueves, 10 de julio de 2014

CAPITULO 106




La voz de Guillermo rompió el silencio en el ascensor. 


"¿Deberíamos estar ligeramente preocupado por Fede que esta allí abajo en la sala de altas apuestas?"


Metí la mano en el bolsillo de mi chaqueta, sacando la tarjeta de crédito de mi hermano, Nina solo lo había dejado de salir de la casa con una. "No tengo ni idea de lo que está jugando, pero va a seguir ganando o se quedará sin dinero y la única tarjeta que tendrá en su cartera será la que abre la puerta de su habitación de hotel."


"Genial," Maxi murmuró adormilado apoyándose en la pared de la cabina del ascensor. "Estoy echo polvo."
Guille suspiró, mirando los números suben en la pantalla digital. "Ya sabes, por ser un par de pendejos castrados, ustedes se las arregló para hacer una noche muy entretenida."


"Club nudista, emergencias médicas falsas, maldita cena entretenida, robo de autos, acompañantes travestis, Paula gana unos miles, y estuvimos a punto de conseguir ser mutilados por unos matones", dijo Maxi, de pie más derecho.


"No está tan mal, ¿eh?" Guille se volvió para mirarlo. "¿Grand Theft Auto?"


Maxi se frotó la cara, sacudiendo la cabeza. "Una historia para otra vez."


Guille levantó una mano, con los ojos muy abiertos como si hubieran pasado de su primera pregunta. "¿Y cómo podría olvidar a Mike Hawk? Creo que, sobre todo para ustedes dos, Mike Hawk figuró muy prominente en las actividades de esta noche." Guille hipo, tejiendo un poco cuando las puertas de nuestro piso se abrieron. "Yo diría que eres un dominado, pero creo que es aún peor que eso."


Vi como la sonrisa de Maxi pasó de autosatisfacción a burla.


 "Guille. Querido." Él puso una pesada mano en la mejilla de Guille y chasqueó la lengua. "No puedo esperar a que una chica llegue a tu vida y te saque los pies de la tierra. Crees que tienes las cosas organizadas. Crees que estás contento con tu departamento de soltero de bajo perfil, con tus triatlones y tu trabajo y tu sexo programado. Cuando esa chica llegue a tu vida, voy a decir que te lo dije, y le dará ninguna maldita simpatía cuando te hayas convertido en un enfermo del amor." Con una ligera bofetada en la mejilla de Guille, él se alejó, riendo mientras caminaba por el pasillo. "No puedo esperar amigo."


Guille observó a Maxi que caminaba con los miembros pesados y arrastrando los pies. Luego se volvió hacia mí, expectante, como si esperara que agregue algo. Me encogí de hombros. "Más o menos lo que dijo. Cuando encuentre a esa chica, estaremos encantados por ti, pero sobre todo estaremos encantados de joderte por siempre."


"Es por eso que eres de los míos", murmuró, golpeándome ligeramente en el pecho antes de dar vuelta en sentido contrario por el pasillo.


Guille me ofreció de las buenas noches, me dirigí a mi habitación, deseando saber donde Paula se alojaba. A pesar de que estaba exhausto y medio borracho, aun así me habría ido abajo y me subiría a un taxi para ir a cualquier lugar por ella.

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