martes, 8 de julio de 2014

CAPITULO 100



Su coche se detuvo justo al final de la avenida principal y vi como las dos salieron. Pagué a mi conductor y me quede varios pasos detrás de ellas mirando como hablaban. Cada una apuntaba a diferentes direcciones- Sara al Planet Hollywood y Paula al Cosmopolitan. Cuando tomaron la decisión, asintieron, besaron sus mejillas y se dirigieron en direcciones opuesto.


JODIDAMENTE PERFECTO.


Seguí a Paula a través de la multitud nocturna hasta el edificio. El Casino Cosmopolitan estaba oscuro y me tomó un momento para que mis ojos se acostumbraran a identificar los colores, a el parpadeo de las luces y el sonido de golpes electrónicos llenaban el aire, mientras yo escaneaba la gran habitación. La encontré cerca del frente del casino, volviéndose a subir una serie de escaleras.


Gotas de brillantes cristales colgados del techo de varios pisos de altura y curvas alrededor del gigante escalera. 


Desde donde yo estaba, parecía que Paula estaba desapareciendo en una araña gigante.


La seguí, permaneciendo lo suficientemente lejos para admirar su culo mientras ella se movía, y me preguntaba qué era exactamente lo que ella estaba haciendo aquí. 


¿Estaba por encontrarse con alguien? Aunque ella nunca había mencionado nada, tal vez tenía amigos en Las Vegas. O, tal vez simplemente estaba esperando aquí por Sara mientras terminaba lo que estaba haciendo en la calle. Mi sangre se calienta por el misterio que era Paula, vivíamos juntos, trabajábamos juntos, y para todos los efectos, nuestras vidas estaban completamente entrelazados. Pero yo disfrutaba sabiendo que ella siempre me mantendría adivinando. Debido a su salvaje independencia, yo nunca sabría todo lo que había en su mente. Incluso cuando ella sea completamente mía, siempre será un desafio.


Cuando nos acercábamos a la tercera planta del club en espiral, su destino no creció más claro para mí, y la maldad de su pequeño juego comenzó a florecer en un dolor en mi abdomen. Me rendí, hambriento a caer en la rutina familiar de castigarla, y luego tener mi camino con su cuerpo. En sólo unos pocos largos pasos llegue a ella y envolví mi mano alrededor de su antebrazo.


"Usted está en un gran problema", gruñí en su cabello.


Sentí que se tensaba por un momento antes de aflojarse, la tensión le escapa de su cuerpo mientras apoyaba su espalda contra mi pecho.


"Me pregunté cuánto tiempo te tomaría buscarme."


"Tú ", le dije mientras seguíamos subiendo la escalera en espiral," has hablado lo suficiente esta noche." 


Estábamos completamente dentro de un brillantes cortinas enrolladas que parecía envolverse a nuestro al rededor, titilando en la suave luz. "Es el momento para que mantengas esa linda boquita cerrada. . . a menos que la necesite."


Alcanzamos el tercer piso, donde se encontraba un lugar impresionante del bar. Las estanterías llenas de joyas alineadas-botellas de colores envueltas en brillantes gemas.


 Continuando, llegamos a una oscura esquina. Sonriendo, me di cuenta de la señal arriba de una puerta escondida allí:
Necesitaba estar a solas con Paula en mis términos y, francamente, nosotros siempre habíamos estado bastante bien en los baños. Un señor mayor con el pelo teñido de negro nos miró sorprendido cuando entramos en el baño de hombres. Yo extendÍ la mano para estrechar la suya y darle un billete.


"Es muy ruidoso por ahí", le dije, asintiendo con la cabeza en la dirección del casino y del bar del otro lado de la puerta. "¿Tal vez sería lo suficientemente bueno para darnos unos minutos para hablar?"


Bajó la mirada hacia el dinero, abriendo mucho los ojos, y luego sonrió hacia mí. "Hablar?"


"Sí, señor".


Su mirada se trasladó a Paula. "Le parece bien, señorita? Puede que no parezca mucho, pero antes en mis tiempos si venia un niño bonito como este lo habría golpeado."


A mi lado, Paula se echó a reír. "Algo me dice que todavía podría", dijo con un guiño. "Y confié en mí, que soy capaz de abandonar a este niño bonito"


"No lo dudo." Su sonrisa se amplió, revelando una blanca y amplia dentadura. "Sabes," dijo, mirando a su reloj, "me di cuenta de que es hora de que tomé mi descanso." Cogió un sombrero colgado en un gancho y lo puso en la cabeza, guiñando un ojo mientras movía el CERRADO POR LIMPIEZA fuera y enfrente de la puerta.


La observé durante un momento mientras la puerta se cerró detrás de él, luego cruce la habitación para bloquear la puerta. Paula se subió al amplio mármol del mostrador y se sentó mirándome mientras cruzaba sus piernas. La habitación era lujosa, más como un cuarto de estar con puestos adyacentes que un baño tradicional. El suelo era del mismo negro y oro como el resto del casino, con tres sillas de ala-trasera agrupadas contra la pared del fondo y un banco de cuero azul entre ellos. Una enorme araña de luces tintineantes colgado en el centro de la habitación, una pintura de pequeñas manchas de colores claros en la pared.


"¿Estoy en problemas?" Me preguntó, con los ojos esperanzados.


"Un mundo de problemas." Di un paso hacia ella.


"Esto parece ser un tema recurrente."


"¿No es así?"


"¿Vas a decirme lo que hice mal?" Ella me miró con los ojos muy abiertos y sus mejillas tenían un rosa travieso. Ella era tan jodidamente hermosa. "¿Debería haber usado mi propia mano en su lugar?"


"No es gracioso." Mi corazón se estrelló debajo de mis costillas, y borracho por el repiqueteo de la adrenalina que se deslizaba por mis venas. Su mirada nunca vaciló mientras, cruce la habitación para abrir sus piernas y darme paso entre sus muslos.


Pasé un dedo por la suave piel de su pantorrilla, envolviendo una mano alrededor de su tobillo. "Estos zapatos no parece muy sensatos. "dije, cepillando con un pulgar sobre el cuero suave.


Ella siguió mirándome, sus labios rojos, lisos y jodidamente tentadores. "Tal vez no me siento muy sensata este fin de semana. ¿Es por eso que estoy en problemas? "


"Tú estas en problemas porque eres imposible."


Ella levantó la barbilla y me miró a los ojos. "Aprendí del mejor."


Moví su pie a mi cadera y tracé un camino por el muslo por debajo de la falda. Apreté la mandíbula y una nueva ola de frustración se extendió por mí por la forma en que ella me había dejado en el club, que estaba muy orgullosa por dejarme duro, y como el noventa por ciento de nuestras discusiones podría reducirse a uno de nosotros tratando de obtener una reacción del otro. En esta situación había que ponerse jodidamente serio.


Tranquilo.


Apreté su culo con las dos manos, ignoré su aguda inhalación mientras la tiré a la orilla del mostrador.


"Tú-" Ella empezó a protestar, pero la detuve, colocando un dedo contra su boca. 


Ella todavía olía a desconocía- floral, no cítricos-pero por debajo del maquillaje pesado y nuevo perfume había algo más suave en sus ojos, algo de la esencia de Paula. Podía jugar a disfrazarse todo lo que quería, pero la mujer que era mía siempre estaría allí. La realización fue como el ahogamiento, me incliné hacia delante, sustituyendo mi dedo por mis labios y me perdí rápidamente en sus pequeñas respiraciones y el sus sonidos mientras se movía ansiosamente a mi tacto. Su beso se siente como una droga se filtra en mi torrente sanguíneo, y yo empujó mi mano en su pelo e inclinó su cabeza, queriendo más que los gestos suaves de la lengua entre nuestros labios entreabiertos.


Con mi mano en su pecho, la guio para que se acueste en el mostrador, ella se mueve como yo quiero y no soy especialmente cuidadoso al respecto, tampoco. Pero ella fue voluntariamente, los ojos muy abiertos en reconocimiento del juego que estábamos jugando, su boca suave y abierta. Se apoyó en los codos y me miró, esperando a ver lo que haría a continuación.


El material de gasa de la falda se sentía como nada en mis manos mientras me deslizaba hasta sus caderas, exponiendo millas de la pierna hasta llegar a sus bragas de satén. Dejé que mis dedos presionan en su piel, queriendo sugeterla y marcar en sus brazos, la oía suplicarme.


"Yo te voy a follar con mi boca", le dije, de rodillas entre sus muslos y efecto fantasma mis labios sobre la fina tela. 


"Te voy a follar con mi lengua hasta que estés pidiendo mi polla. Tal vez te la daré. "Me encogí de hombros. "Tal vez no ."


Ella contuvo una corta respiración y tomó mi pelo, tratando de tirarme hacia adelante. 


"No te burles, Pedro ", dijo.


Aparté sus manos riendo mientras la miraba. "Tú no tienes que tomar ninguna decisión esta noche, Paula. No después del maldito juego en el club." Respiré otra vez cuando sus piernas se separaron, chasquee mi lengua sobre su clítoris hasta que la tela de sus bragas se cargaron de humedad. "Me besaste, me dejaste probar tus tetas, etas, te viniste en mis manos y luego te fuiste. Dejándome duro. Eso no fue muy agradable."


"Yo. . . qué? ", dijo, con la mirada perdida, un rubor ascendió por su cuello. Inclinándose hacia adelante de nuevo, le sujeté las caderas hacia el mostrador, besándola y mordiendo a través de la delgada tela satén, hasta que quedó empapada. Echó la cabeza hacia atrás y gimió, susurrando mi nombre en el silencio de la habitación.


"Más fuerte", le dije contra ella. "Deja que te escuche."


"Quítamela y chúpame a mí".


La necesidad de su voz envió una descarga de electricidad a través de mi cuerpo y me envolvió los tirantes finos en la mano y con saña los arranqué con ganas hacia abajo, así nada se interponía entre mi boca y ella.


Ella gritó, arqueándose contra mí en el primer toque de mi lengua contra su piel, sus dedos se clavaban en mi pelo y su voz sonando a nuestro alrededor.


El espacio era incómodo, pero que no tenía importancia, fue mas que compensador cuando miré al espejo y observe nuestro reflejo, mis dientes mordieron su labio inferior. La miré a los ojos y deslice mi lengua atreves y luego dentro de su boca.


Le metí un dedo, luego dos y vi como se movían en ella, estaba mojada por lo mucho que me deseaba. Su voz era un susurro jadeante repitiendo mi nombre una y otra, pidiéndome mis mientras abría sus piernas aun más raspando el tacón de sus sexys zapatos por la encimera. Podía sentir su calor a mi alrededor mientras ella comenzó a temblar cuando se acercaba.


"¿Bien?", le pregunté, asegurándome de que mi voz vibrara contra ella.


Ella asintió con la cabeza, sin aliento, moviendo sus manos por encima de su cabeza para tirar de mi cabello. "Es tan bueno. Oh joder, Pedro, estoy tan cerca. "


Dios era una tortura, con ganas de verla perder el control, pero con ganas de sentir , tenía la necesidad de sentirla.


Traté de ocultar mi desesperación, encajé mis manos a sus caderas y la tiré en el banco, por encima de ella comencé a lamer desde su ombligo haciendo una línea recta hasta el trozo de encaje que ella llamaba sujetador. Se sentó y comenzó a desabrochar los botones de mi camisa, llegando ciegamente a mi cinturón y me desabrochó los pantalones. Liberé mi polla y me quede sin aliento cuando ella quito mi mano para llevarse mi pene a su palma "No," dije, tomándola de las rodillas para voltearla. "Tú tuviste tiempo para jugar antes. Esto es mío. "Levanté su culo en el aire, y lo golpee con fuerza.


Ella abrió la boca, dándose la vuelta para mirarme.


Le di una sonrisa oscuro, pasando la mano sobre su piel, calmando. "¿Quieres que me detenga?"


Sus ojos se estrecharon en un resplandor.


"La invito a detenerme en cualquier momento", murmuré. "Estoy seguro de que esto es una tortura absoluta para ti." 


Mojé la punta de mi polla en su humedad bajo su clítoris, haciendo cirulos para burlarme de ella.


"Eres un idiota", logró decir finalmente, y lleve mi mano contra su culo de nuevo pero con más fuerza. Pero esta vez en lugar de sorpresa, ella gimió ronca y hambrienta.


Entonces eso era todo: Paula y los sonidos que hacía, la forma en que ella me pidió que empujara dentro, follándola. 


Y cuando lo hice, y pegaba en su culo de nuevo, ella suplicó mas y mas duro.


Pero incluso cuando tomé lo que quería no era suficiente, sino que nunca lo sería. Podía sentir el peso en algún lugar profundo de mi estómago-el amor absoluto que sentía por ella, la constante necesidad de tocarla y sentirla y tomarla, marcarla de adentro hacia afuera.


Giré mis dedos en la tela de su camisa, tiré de ella mas abajo para poder ver sus pechos que se movían mientras la follaba. El pelo le caía por la espalda y pasé la mano debajo de ellos sintiendo losmechones fríos contra mi piel. Vi como me deslicé dentro y fuera de ella, como ella empujó contra mí, con su falda por arriba de su culo rosado y al rededor de sus caderas.


"Echo de menos esto", le dije, cubriendo la marca que le había echo presionando hacia abajo en el. "Todo el tiempo."


Ella asintió con la cabeza, dijo mi nombre. Podía oír la frustración en su voz mientras cogía algo para mantenerse, mientras movía su otra mano hacia abajo entre sus piernas.
"Así es," dije, mirando cuando se tocaba. "Llega allí. Hazlo tú misma."



Debe haber sido lo que necesitaba porque ella gritó, arqueando la columna vertebral mientras empujaba contra mí. Yo estaba cerca, apenas podía pensar y tan jodidamente hambriento por lo que apenas podía respirar. Mis piernas ardían, mis músculos protestaban mientras la penetraba una y otra vez. Las patas del banco raspaban contra el suelo de piedra, podíamos oír el cuero crujió debajo de nosotros.


"Pedro. Joder, Pedro, "dijo ella, y el calor se agrupó bajo mí estómago, la edificación y la construcción latía a través de mi, mi visión se oscureció y se volvió borrosa cuando llegué.


Cada parte de mí parecía dar a conocer a la vez que me dejé caer, jadeante y exhausto, agarrando el banco para apoyarme.


"Mierda." La habitación daba vueltas y era tan tranquila que parecía que mi voz y nuestra respiración hacia eco en el mármol. Me pregunté qué tan ruidosos habíamos sido.


Se puso en pie, tambaleándose en lo más mínimo mientras se enderezaba su ropa y se trasladó a un puesto para limpiarse. "Tú sabes que tengo caminar después de esto?"


Sonreí. "Por supuesto."


"Lo has hecho a propósito."


Me puse de espalda y parpadeé a la araña de luces brillantes. "Por lo menos me dejó venir también."


Sabía que tenía que arreglar mi ropa y encontrarme con los muchachos, pero ahora mismo lo único que quería hacer era dormir.


Ella se movió para estar sobre mí, inclinándose para presionar un suave beso sobre mi boca. "Necesitas ir a buscar algo de cenar o estarás ebrio antes de medianoche ".


Gemí, tratando de tirar de ella hacia mí, pero ella escapó por empujar su dedo entre mis costillas. "¡Ay! ¿No es ese el punto? "


"Estoy segura de que se deben estar preguntando dónde te encuentras."


"Yo les dije que tenía una úlcera para conseguir que se vayan sin mí."


"Y ellos te creyeron?"


Me encogí de hombros. "¿Quién coño lo sabe?"


"Bueno, ve a convencerlos de que te recuperaste increíblemente de tu enfermedad y así yo me encuentro con Sara."


"Está bien", le dije, de pie a subiéndome los pantalones. Vi como ella se inclinó hacia adelante, alisándose el pelo en el espejo. 


"¿Dónde está Sara? "


"Ella se reuniría con una amiga que vive aquí. Una bailarina, creo. Una especie de cabaret o lugar de stripper en el Planet Hollywood."


"Ahora eso suena interesante", le dije.


Observó mi reflejo con las cejas levantadas antes de continuar. 


"De todos modos, tuve la sensación de que estaba siendo acechada y le dije que siguiera sin mí ."


"Una sensación?"


Ella se encogió de hombros, aplicando su lápiz de labios. "Esperanza."


Cerró su lápiz labial y lo guardo en su bolso. La seguí hasta la puerta. Levante una mano para acariciar su cara. "Te quiero de todos modos", le dije.


"Te quiero de todos modos, también", dijo, inclinándose para besarme antes de abofetear fuertemente mi culo. 


Todavía podía oír su risa mucho después de que desapareció por la puerta.

CAPITULO 99


Y agua en todas partes -tintineando característico del agua que llenaba las zonas de valet, el sonido estruendoso de las cascadas de los grandes hoteles, y una enorme fuente que casi todos los turistas tiraban una moneda al pasar-incluso aquí, lejos de la ostentación y el glamour de los grandes casinos.


Como si leyera mi mente,Federico se acercó a una fuente de tres niveles, asomándose al interior antes de arrojar una ficha de póquer en la superficie ondulada. 


"¿Quién hubiera pensado que habría tanta agua en el desierto? "


Guillermo salió detrás de nosotros, quitándose el abrigo a pesar de que hacía frío aquí afuera. 


"El agua es una necesidad de la vida ", dijo. "Para que una sociedad pueda sobrevivir necesitan agua para mantener su población. Tal uso aparentemente arrogante y extravagante de un recurso importante sirve para ilustrar que una comunidad es próspera. Una población próspera hace que las personas se sienten optimistas, un turista optimista gasta más dinero e impulsa la economía. "Se encogió de hombros, colocando goma de mascar en su boca. "Además, es jodidamente bonito, ¿sabes? "


Federico lo miró boquiabierto. "Realmente eres un nerd."


"¿lo crees?" Maxi dijo, sonriendo con cariño.


Guillermo levantó la barbilla hacia Henry. "Yo no soy uno de los que lanzó una ficha de cien dólares en la fuente porque es lo que he estado condicionado a hacer. Así que gracias por probar mi punto."


Los ojos de Federico se abrieron y fue corriendo a mirar a la orilla del agua otra vez. "Hijo de puta."


Guillermo se apoyo nuevamente en la fachada de ladrillos con sus manos en sus bolsillos y la chaqueta del traje en su brazo. "Entonces, ¿cómo continuamos este fin de semana de desenfreno? Cena y luego qué? Paracaidismo? Sacrificio Virgen? Coincidencia de tatuajes para conmemorar la pérdida de bolas de Pepe? "


Sonreí hacia él. Se había convertido en un fijo en nuestras vidas desde que Maxi y Sara habían reconciliado. Los cinco nos vimos varias veces a la semana, para almuerzos, cenas y shows. Guille fue el soltero del grupo designado y parecía disfrutar recordarnos a Maxi y a mí que éramos unos dominados, no hombre. "Lo que no puedes entender posiblemente,Guille, es que hay un beneficio para esta con una sola mujer: ella se conoce exactamente lo que haces. Y estoy muy feliz por darle a Paula acceso completo de mis bolas."


Federico se alejó de la fuente y se dirigió de nuevo a Guille. "Además, ni cientos de dólares podrían encontrar una virgen en este lugar ".


Guille miró hacia abajo esperando la palma de Federico  y se rio. "Sólo hemos estado fuera de ese club por dos minutos y acabas de tirar una ficha de póquer de cien dólares y ofreces apostar otros cien dólares. No puedo esperar a ver lo que haces en un casino real. "


"Yo gano dinero", dijo Federico , golpeándose el pecho con el machismo de ebriedad, antes de una mueca de dolor.


Gemí, fregando mi cara con mi mano. "No te puedo llevar a cualquier parte."


"Tú acabas de recibir un baile erótico, Pepito", dijo Federico , empujando mi hombro."¿Estas malhumorado? Deberías estar sonriendo como un tonto".


Me volví en dirección de la risa de Maxi. "No le hagan caso", dijo a los demás, mientras hacia un gesto hacia mí. "Nuestro Pepe sólo se siente un poco frustrado, es todo."


Mierda Maxi. Con las manos en los bolsillos y esa sonrisa boba en su cara, como un retrato de la calma eso era exactamente lo contrario que yo sentía.


Podría estrangular a Paula en este momento-Un sentimiento familiar que había crecido cada vez mas desde el día que nos conocimos. Durante todo este tiempo ella podía empujar mis botones como nadie. Para ser honesto, no estaba del todo seguro de cuál de nosotros era más jodido: ella por hacerme bromas como ésta, ni a mí por disfrutar de ella malditamente demasiado.


"Así que. . . planes? " Guille repito, empujando lejos del edificio. "¿Estaremos aquí toda la noche mirando un berrinche de Pedro o. . . ? "


Maxi miró el reloj. "La cena", dijo. "Mamá nos hizo reservas para steakhouse en Wynn. Se supone que es de primera categoría ".


Buscando nuestro conductor, me volví a mirar por la calle, y un destello de verde me llamó la atención en el esquina opuesta. Paula. La había visto por ultima vez con Sara con sus ojos brillantes y su sonrisa burlona mientras dejaba el club. Ahora esperaban en la acera, con los brazos extendidos en su intento de llamar a un taxi. 


Parpadeé rápidamente a Maxi, que estaba ocupado discutiendo con Guillermo y Federico acerca de si era físicamente posible comer un solomillo de veinticuatro onzas en menos de quince minutos. Perfecto. Vi a nuestro coche a la vuelta de la esquina y comenzó su camino hacia nosotros, y me di cuenta que tenía que actuar rápido. Sin que se me pensar en ningún plan en su lugar hice una mueca, doblé mi espalda y presioné una mano en mi estómago.


"¿Estás bien, Pepe?" Preguntó Guille, levantando las cejas.


"Bien, bien", le dije, haciéndole señas de que me encontraba bien. "Mi estómago está un poco. . . Creo que mi úlcera esta actuando".


Maxi entrecerró los ojos. "Tienes una úlcera?"


"Sí," dije, asintiendo con la cabeza, y la succión en el aliento para el agregar efecto.


"Tú", repitió. "Una úlcera?."


Me enderecé un poco. "¿Hay algún problema?"


Se rascó la ceja y me miró con escepticismo. "Supongamos que yo sólo estoy teniendo dificultades para entender en mi cabeza que el gran y poderoso Pedro tiene presión arterial. Apenas parpadeas en las reuniones más estresantes y no tienes ningún problema en dar opiniones a cualquier persona"-Enumerando cada uno con un dedo-", incluyendo la nuestra ", añadió," tienes una úlcera "


Nuestro coche se detuvo junto a la acera en frente de nosotros al igual que un taxi se detuvo frente a Sara y Paula. 


"Bueno, yo no", le dije, encontrando su mirada de nuevo. 


Nuestro conductor abrió la puerta y esperó. Todos esperaron, los ojos moviéndose de Maxi a mí y viceversa. 


"¿Por qué es esta la primera vez que oigo de este negocio de la úlcera", preguntó Federico. 


"Porque tú no eres mi doctor o mi mamá", le dije. Todos ellos me miraron en silencio, intentando saber de que se trataba o, en el caso de Maxi, dudoso. 


"Miren, ¿por qué no se toma el coche mientras yo correr a la farmacia. Vi una a solo un par de calles".


Maxi miraba desde la puerta del coche. "¿Por qué no vienes con nosotros y nos detendremos en el camino? "


"No es necesario", le dije, agitando fuera. "Voy a tener que llamar y yo no quiero que hacerlos esperar. Ustedes adelántense, voy a recoger mi receta y los veo en el restaurante ".


"Por mí está bien", dijo Federico, y se metió en el coche.


"Podemos esperar," Guillermo ofrecido, aunque con poco entusiasmo. Estaba claro todo, pero Maxi estaba dispuesto a dejar un hombre conseguir un poco de medicina para su maldita úlcera.


"No, deja que corra el tiempo", dijo Maxi con una sonrisa. 


"Supongo, pobre Pepe en realidad está descompuesto y tiene miedo de cagarse a sí mismo. "Se volvió hacia mí. 


"Nos encontraremos en el restaurante ".


Lo miré. Tuvo suerte de que no tenía tiempo para discutir. 


También tuve suerte que no tenía tiempo para caminar por hasta él y golpear su cara de presumido. 


"Nos encontraremos allí."


Esperé el tiempo suficiente para que el coche se alejara antes de darme vuelta para buscar un taxi. Paula y Sara acaban de llegar a la farola eso me hizo apresar, ya que todavía podía alcanzarlas. Cuando un coche se detuvo, me subí, prometiendo al taxista una pequeña fortuna si podía conseguirme donde quiera que iban, y rápido. No había pensado exactamente lo que iba a hacer, o como me gustaría estar a solas con ella, pero estaba en piloto automático: llegar a Paula, estar a solas, salir fuera.


Mi prometida me sorprendió con un baile en un club de sexo y luego me subí a un taxi para que una persecución de coches. Mi despedida de soltero en Las Vegas había comenzado oficialmente.