viernes, 11 de julio de 2014
CAPITULO 108 (CAPITULO FINAL)
Y allí estaba ella, extremidades pesadas y febril por debajo de mí, caderas subiendo urgentemente a la mía para conseguir lo que necesitaba. Ella siempre me pertenecería-en casa, en el trabajo, en la cama- y ese pensamiento me ha enviado velozmente por la carretera de mi liberación.
Ella estaba cerca, pero por desgracia yo estaba más cerca.
"Me estoy viniendo, dulzura.... No puedo..."
Sus manos agarraron mis caderas, empujando hacia atrás la cabeza en la almohada. "Por favor."
Mi cuerpo se tensó, caderas empujando violentamente, mi orgasmo se frenó por apenas un hilo. "Mierda estoy llegando, Chaves."
Era la voz que se usa con moderación, porque nunca he querido que se pierda su efecto en ella. Con un rubor por su pecho, ella se arqueó fuera de la cama, tirando de sus muslos a lo más alto contra su cuerpo para enviarme profunda dentro de ella. Con los labios de despedida en un grito agudo, se disolvió en su orgasmo por debajo de mí.
Yo nunca me iba a cansar de ver a Paula cuando se venía.
El rubor en su piel, la oscuridad casi drogada de sus ojos mientras me miraba, y la forma de sus labios formando mi nombre. . . Cada maldito momento me recordó que yo era el único hombre que le iba a dar placer como nadie. Sus brazos cayeron, cargado de agotamiento, y su lengua se asomaban para mojar los labios.
"Mierda", susurró, temblando.
Me sentía aliviado, ella todavía estaba con las piernas separadas para permitirme que mi cuerpo callera hacia adelante, ciego a todo, con la sensación rodeándome. Su dulzura, su humedad... Doble mi espalda hacia atrás, grité en la habitación silenciosa y estéril.
El sonido de mi grito resonó en el techo cuando me desplomé sobre ella, sudoroso y pesado. Quería proteger mi cara en la suave curva de su cuello y dormir durante al menos tres días. Ella se echó a reír, gimiendo bajo mi peso.
"¡Suéltame, Hulk."
Me di la vuelta tomando distancia, casi chocando contra el colchón a su lado. "Maldita sea, Pau. Eso era. . . "
Se acurrucó contra mí, ronroneando, "Muy, muy bueno."
Se estiró para mordisquear mi mandíbula, susurró:" Voy a necesitar por lo menos diez minutos antes de hacerlo otra vez."
Me eché a reír, y luego se convirtió en una tos ronca cuando la idea me golpeó por completo. "Jesús, mujer. Yo necesito un poco más que eso. Sólo quiero que me abraces por un rato."
Con un pequeño beso en mi cuello, susurró: "No puedo esperar para que te conviertas Sr. Pedro Chaves."
Mis ojos se abrieron de golpe. "¿Qué?"
Su risa era baja y ronca contra mi piel. "Ya me has oído."
FIN
CAPITULO 107
Cuando entre a mi habitación me detuve en mi armario para colgar mi chaqueta, y me congelé. Colgando de una perchas de madera estaba la ropa interior de Paula que había usado en el club, las piedras de la joya de la pequeña sujetador y la ropa interior con destellos verdes y blanco se veía en la tenue luz que entraba por la ventana del dormitorio.
Me moví más en la habitación, con ganas de confirmar lo que sospechaba. Y con el pulso acelerado me dirigí a la cama: Y allí estaba ella, esperándome a mí. Efectivamente, un bulto en forma de Paula estaba profundamente dormida en medio de una montaña de mantas y almohadas en el centro del colchón king.
Me quité la ropa y la coloqué en una pila en el piso, me subí encima de ella, apoyándome mis brazos y las piernas. Sin tocarla, aun no, simplemente tomándola en: una maraña de rizos castaños contra la ropa de cama completamente blancas, los ojos cerrados, pero los parpados revoloteando en sus sueños, los labios húmedos y rojos y pidiendo ser besada. Todo por debajo de su cuello estaba cubierto por una gran cantidad de mantas, y cuando contempló el ritmo constante de su pulso por debajo de la delicada piel de su cuello, me sentí un poco depredador. La emoción de ser capaz de hacer esto -besarla, despertarla, a la mierda- todavía estaba tan fresca esta noche, ya fue hace casi dos años, cuando por primera vez, por fin, tuvimos tiempo a solas en un hotel.
Levanté las mantas, me deslicé a su lado y me di cuenta que estaba usando nada más que mi camisa. Debajo, su cuerpo estaba desnudo. Era uno de mis fantasías con Paula: cuando sus miembros eran pesados y lentos del sueño, ella suena profunda, más desenfrenada.
Me moví un poco hacia abajo con las mantas cuando empezó a ser consciente de que yo estaba en la cama con ella. Ella se había bañado; ya no olía a una mujer desconocida, si no que a su propio jabón ahora, repleto de flores y cítricos. Besé la curva de su pecho sobre la camisa, levanté la camisa para lamer por la línea de su ombligo hasta la dulzura de sus cadera.
Sus dedos curiosos corrían por mi pelo; rozando a lo largo de mi mandíbula y se trasladaron hasta trazar el forma de mi boca. "Pensé que estaba soñando", susurró ella, tomando conciencia.
"No estas soñando."
Sus manos se encontraron con mi pelo, abrió las piernas debajo de las sábanas, porque ahora sabía que yo estaba allí, y que yo iba a darle lo que ella quería más que cualquier cosa en el planeta.Me desplacé hasta quedar tendido entre sus piernas, me incliné y soplé una corriente suave de aire a través de su coño, jugando y disfrutando de cómo ella se inclinaba fuera de la cama para acercarme mas a ella, ofreciéndome algunos sonidos de placer. Era un baile que me encantaba: besando sus caderas, sus muslos, exhalando oh-tan-cerca de su dulzura, poco a poco deslizándome por su piel. La habitación estaba fría, pero su piel ya estaba húmeda de sudor, y con un solo dedo me deslicé con facilidad a través del calor de su sexo.
Mi Paula gritó, en una maraña de alivio y necesidad.
Ella no tenía urgencia, así que reduje la velocidad. Ella Estaba en mi cama, en mi habitación, ya casi era mi esposa para todos los intentos y propósitos, y no había manera de que apresurara esto cuando había estado pensando en ella toda la noche, y mañana por la mañana temprano- es decir, esta hoy- estaría en otro lugar, excepto en la cama con ella.
La dejé sentir mi respiración y mis dedos, besé su estómago, probado su piel. Joder, ella es hermosa, pensaba con los brazos estirados sobre la cabeza, con las manos en busca del ancla del resto no parecía sentir. Sus caderas rodaban delante de mí, buscando, y finalmente no pude ignorar más su seducción, calidez y dulzura. La besé con suavidad una vez, cerrando los ojos ante su intensidad.
Yo quería más. Yo quería, como siempre, para encontrar una manera de probarla y follarla simultáneamente y por segunda vez deslicé mi lengua a través de la pequeña elevación de su clítoris, follándolo y devorándolo con la boca abierta y chupándolo. Con un grito, ella clavó las manos de lleno en mi pelo, deslizando las caderas y balanceándolas hacia mi convirtiéndose en un ritmo sin esfuerzo y sin tartamudear. Ella era sedoso y cálida y sus piernas se posaron sobre mis hombros y mi espalda, cerrando a mi alrededor hasta que lo único que podía oír era el sonido sordo de sus súplicas, el susurro de las sabanas debajo de ella mientras se movía hacia arriba en mí.
Su cuerpo no podía decidir lo que quería-lengua o la presión de mis labios-, así que tomé la decisión por ella, con hambre después de una noche de secretos, sexo apresurado y tan poca intimidad. Yo la rodeé con mi boca, chupando y recordándole así es como Te amo, a la vez que suave y salvaje.
Estoy jodidamente perdido en ti.
Su cuerpo era tan familiar para mí, sus caídas y curvas, el sabor de su sexo mientras ella pasó de estar dormida a salvaje. Y aunque yo empecé esto con ganas de bromear con ella, no podía, su lanzamiento fue un precursor de la mía. Ella no tardó en llegar, las piernas apoyadas, arqueó la espalda, hasta que sus gritos se calmaron y sus muslos dejaron de temblar. Ella se apoyó en sus codos, mirándome.
Besé su ombligo, empujando la camisa por su cuerpo a medida que iba subiendo a la exposición de la plenitud suave de su pechos.
"Hola, mis bellezas."
"¿Te divertiste esta noche?", Preguntó ella, con la voz todavía aturdido por el sueño y el placer.
"Definitivamente fue interesante." Mis dientes encontraron el oleaje de fondo de su pecho, y luego mi lengua se deslizó hasta la curva, para encontrar su pezón.
"¿Pedro?"
Detuve mi ataque suave en el pecho para buscar y capturar la incertidumbre en su rostro. "Hmm?"
"¿Está realmente bien que hiciéramos esto? Es decir esto de interrumpir en tu despedida de soltero. Quiero decir, básicamente te secuestre en tu primera noche. "
"¿Crees que me sorprendió que decidieras irrumpir en el club?"
Ella cerró los ojos, sonriendo un poco. Pero sólo un poco.
"No estoy sorprendido pero eso no quiere decir que no este contento por lo que hiciste."
Empujé la camisa hasta sus brazos, atrapando sus muñecas por encima de su cabeza y la usé para atar sus manos. "Tenemos todo el fin de semana para celebrar la despedida. Realmente esta bien lo que hiciste." Me agaché para chupar su cuello. "De hecho, si alguna vez dejas de hacer cosas locas como estas, dejas de hacer cosas salvaje y tonta porque quieres, me podría arruinar un poco."
"¿Un poco?" Podía oír la sonrisa en su voz. Mire hacia abajo a su cara, tenía el pelo desparramado sobre la almohada y sus ojos estaban cargados de deseo y satisfacción en la misma medida, tuve la sensación de ser empujado hacia atrás, en el tiempo. ¿Cómo carajo había llegado hasta aquí? Esta mujer debajo de mí era la misma que había despreciado tan brutalmente por meses, la que había jodido con tanta necesidades absurdas y con odio. Y ahora, ella estaba en mi habitación, en el fin de semana de mi despedida de soltero, llevando el anillo de mi abuela, las manos atadas sobre su cabeza con mi camiseta favorita, de la que se había apropiado hace meses.
Paula inclinó la cabeza, para capturar mis ojos. "¿A dónde fuiste?"
Cerré los ojos, trague y dije. "Tan sólo a recordar."
Esperaba que siguiera hablando mientras estudiaba mis ojos. "Sólo estaba recordando todo y. . ."
"¿Y?"
"Pensando en cómo empezamos. . . y lo que era antes. Estaba tratando de recordar a la última mujer con la que estuve antes. . .No creo que alguna vez te conté de esa noche."
Debajo de mí, ella se echó a reír. "Esto tiene el potencial de ser como una conversación romántica." Se movió un poco, frotando su piel resbaladiza por la parte inferior de mi polla.
"Sólo escucha", murmuré, inclinándome para besarla. Me tiré hacia atrás y dije: "Ella era mi cita en la recaudación de fondos para Organics Milenio. Tú estabas allí, también. . . . "
"Recuerdo", susurró ella, mirando a mis labios.
"Llevabas ese vestido. . . " exhalé. " Mierda. Ese vestido. Era..."
"Rojo."
"Sí. Pero no sólo el rojo. Rojo del coche de bomberos. Sirena roja. Te veías como un maldito faro, un diablo. . . que es bastante apropiado, teniendo en cuenta. De todos modos, Ámber era mi cita, y... "
"¿Rubia, alta, tetas falsas? " Preguntó ella, claramente recordándola. Sentí un poco de placer sabiendo ella estaba prestándome suficiente atención a mi cita de hace dos años atrás. "Es ella. Y lo era. . . " Suspiré, recordando mi apatía completa durante toda la noche. "Ella era lo suficientemente agradable. Pero ella no eras tú. Estaba obsesionado contigo, pero en una manera muy jodida. Me encantó encontrar la maneras de arrancar tus botones sólo para ver tu reacción hacia mí por un segundo. Me encantó estar encima tuyo, porque creo que eso significaba que yo era el foco de tus pensamientos por un momento, sin embargo, lleno de rabia."
Ella se rio de nuevo, se extiende a besar mi cuello, succionando suavemente. "Psicópata."
"Esa noche," continué, haciendo caso omiso de ella, "que estabas pidiendo una copa en el bar, y me acerqué a ti. Ese momento fue el quiebre... Yo ni siquiera recuerdo ahora qué era lo que había dicho. Pero estoy seguro de que era desagradable, e innecesaria." Cerré los ojos, recordando su rostro, como ella me miró sin comprender, sin rastro de interés. "Me miraste y luego te echaste a reír antes de tomar tu bebida e irte caminando. Eso jodidamente me arruinó, creo que, a pesar de que realmente no entiendo que hasta más tarde. Yo estaba acostumbrado a ver tus reacción con una pequeña pizca de sentimientos de dolor, ira o frustración. Pero ver absolutamente nada más que indiferencia. . . carajo. Eso fue todo para mí. "
"No me acuerdo de lo que dijo," admitió. "Pero estoy segura de que me tomó un gran esfuerzo no sentirme afectada."
"Salimos no mucho tiempo después de eso, Ámbar y yo." Pasé una mano por el cuerpo de Paula, sobre su pecho hasta su rostro. La miré a los ojos y admití. "Me la tiré. Pero fue horrible. Tú estabas todo el tiempo en mi cabeza. Cerraba los ojos e imaginaba lo que sería tocarte. Traté de imaginar los sonidos que harías cuando te vendrías, cómo se sentiría. Fue entonces cuando me vine. Me mordí la almohada para no decir tu nombre."
Ella exhaló bruscamente, y me di cuenta de que había estado conteniendo el aliento. "¿Fuiste a su casa o estaban en la tuya? "
Aparté la vista de donde mis dedos recorrían su mandíbula y reunimos de nuevo los ojos. ¿Eso era relevante? "En su casa. ¿Por qué?"
Se encoge y susurró: "Sólo por curiosidad."
Seguí estudiándola y podía ver las ruedas girando, alguna curiosidad privado creciendo en su pensamientos. Inclinándome para besar su oreja, le pregunté: "¿En qué piensas, pequeño diablo?"
Ella me sonrió capturándome. "Me estaba preguntando. . . cuál es la posición que estaban."
Hielo goteaba en mi torrente sanguíneo. "¿Te gusta oír hablar de esto porque me quieres imaginar con otra mujer? "
Ella sacudió la cabeza de inmediato, sus ojos se oscurecieron. Sus manos se convirtieron en puños apretados alrededor del nudo de mi camisa sobre su cabeza. "Me gusta escuchar cómo estabas pensando en mí . Yo sólo. . . quieren escuchar al respecto."
"Yo estaba arriba de ella, como ahora", murmuré, cauteloso. "Sólo tuvimos sexo aquella noche. Estoy seguro de que me encontró completamente poco impresionante como amante."
Ella se movió, ajustó sus manos en una posición mas suave, mirándome. Pensamiento, pensando, pensando. "Antes de tener relaciones sexuales con ella," dijo ella, con los ojos en mi boca. "Cuando llegaron a su casa. ¿Llegaste abajo de ella? "
Me encogí de hombros y admití, "Yo creo que sí. Un poco."
"¿Y lo hiciste?"
"¿Saborearla?" Le pregunté y Paula asintió. "No," dije. "Yo no lo hice."
"¿Usaste un condón?"
"Siempre uso un condón", le dije, riendo. "Bueno, antes que ti."
Ella sonrió. "Así es." Contestó mientras que deslizaba sus piernas alrededor de mi cintura. "Antes de mí." Todo lo que tenía que hacer era mover mis caderas un poco y podría capaz de oprimir su interior. Pero de alguna manera, hablar desnudo, sobre ella se sentía perfecto. No teníamos secretos. "¿Se vino?" Preguntó.
Suspirando, admitiendo, "Ella fingió."
Paula se rio, apoyando la cabeza en la almohada para poder ver mejor. "¿Estás seguro?"
"Seguro. Fue un esfuerzo impresionante."
"Pobre chica no sabía lo que se estaba perdiendo a continuación."
"Fue sólo un par de días antes de lo de la sala de conferencias", le susurré, besando la comisura de la boca.
"Creo que probablemente ya estaba enamorado de ti. Así que cuando pienso en esa noche con Ámber, siento como si te hubiera engañado. Teniendo en cuenta cómo me has encontrado esta noche, con los ojos vendados, aceptando pasivamente una danza erótica es por eso que quería ventilar todos mis pecados posibles. Supongo que es por eso que estoy hablando ahora de Ámbar."
Su cara se enderezó, los ojos muy abiertos y serio. "Amor, tú no me engañaste. Ya sea con Ámbar o si hubieras tenido a una mujer desconocida bailándote esta noche."
"Yo diría que no, ya sabes," dije, mi voz se tensó.
Alcanzando encima de ella, le desaté las manos, frotando sus muñecas cuidadosamente. "Viste que no estaba excitado hasta que supe que eras tú. Yo no podría serte infiel."
Ella asintió con la cabeza, y la besé desde el cuello hasta sus labios hinchados. Estaban inflamados por varios besos salvaje que le había dado no hace mucho. Mierda ella debe estar dolorida por todas partes. Aún así, ella bajó los brazos, arrimándome hacia ella, y me frotó sobre el pliegue de su sexo.
Cuando ella me besó, gemía en voz baja contra mi lengua. "Sabes a mí."
"¿Sin embargo pudo pasar?", Le pregunté, mordiéndole el labio inferior.
Inclinando sus caderas, ella empujo para que entrara en ella de repente,exigente y urgente.
"Fácil", le susurré, tirando hacia atrás y hundiéndome en ella lentamente, gimiendo en su cuello. "No te vayas demasiado rápido. " Mierda. Incluso se sentía como la miel, suave y dulce. "Es tan bueno. Siempre tan jodidamente bueno, Pau."
"¿Cómo lo sabes?"
Hice una pausa por un momento mientras ponía mis caderas hacia atrás, interpretando a su pregunta. "¿Cómo sé que eres dolor? "
Ella asintió con la cabeza.
Era su juego favorito, en la que yo le decía cada pequeña cosa que noté. Presté atención, a ella le encantaba.
"Manejaba los dedos bastante difícil antes."
Ella tarareó, con los ojos cerrados y las manos corriendo por mi espalda.
"Y yo no era especialmente cuidadoso en el baño."
"¿De verdad no lo eras?", susurró ella, volviendo la cabeza para chupar en mi hombro.
Comencé un ritmo constante fácil para moverme en ella.
"Así que ahora, cuando puse mi boca en ti. No me sorprendí de que esté un poco hinchada."
"Calla. Más rápido, por favor, bebé, "ella jadeó, pero no cogió velocidad.
"Rápido no", objeté con los labios cerca de su oído. "Es el sexo lento que me vuelve más salvaje. Es cuando me puedes sentir mejor, escuchando cada sonido que está haciendo. Me puedo imaginar cómo podríamos vernos debajo de la mantas, donde me estoy moviendo en ti. Pienso en cuántas veces te haré venir. No tengo todo de esos pensamientos cuando estoy follando duro que en una cama o en el baño de un casino."
Su respiración vaciló, y ella lo sostuvo, en silencio rogándome para que la llevara allí. Pasó las manos por mi espalda, en el cuello hasta llegar a la cara. Sentí la prensa fría de su anillo de compromiso, pensando mierda, esta mujer va a ser mi esposa, tendremos hijos, compartiremos la casa y la vida.
Ella me verá hacerme viejo y lo más probable es una locura.
Ella prometerá que me va a amar a través de todo.
Me levanté por encima de ella, con los brazos rectos para que yo pudiera ver lo que estaba sintiendo mientras me movía dentro de ella. Pero sus manos ahuecadas mi cara, trajeron a mi atención de nuevo a sus ojos.
"Hey."
Traté de recuperar el aliento, sentía gota de sudor caer de mi frente en su pecho. "¿Sí?"
Se humedeció los labios y tragó. "Estoy tan enamorada de ti." Su pulgar se deslizó en mi boca y yo lo mordí fuertemente, lo que la hizo dejar escapar un gemido apretado. "Y pase lo que pase fuera de este, de nosotros de esta manera. . . "
"Lo sé."
Compartimos una mirada desesperada, un acuerdo mutuo y silencioso que nunca íbamos a tener suficiente de nosotros, que tal vez la vida ideal estaba aquí, solos y tocándonos, pero nunca sería nuestra realidad de existir aquí exclusivamente. Fue por eso que se estrelló mi despedida de soltero, pero la dejaría mañana. Fue por eso que no podía permanecer lejos, sabiendo que ella estaba en la misma ciudad.
jueves, 10 de julio de 2014
CAPITULO 106
La voz de Guillermo rompió el silencio en el ascensor.
"¿Deberíamos estar ligeramente preocupado por Fede que esta allí abajo en la sala de altas apuestas?"
Metí la mano en el bolsillo de mi chaqueta, sacando la tarjeta de crédito de mi hermano, Nina solo lo había dejado de salir de la casa con una. "No tengo ni idea de lo que está jugando, pero va a seguir ganando o se quedará sin dinero y la única tarjeta que tendrá en su cartera será la que abre la puerta de su habitación de hotel."
"Genial," Maxi murmuró adormilado apoyándose en la pared de la cabina del ascensor. "Estoy echo polvo."
Guille suspiró, mirando los números suben en la pantalla digital. "Ya sabes, por ser un par de pendejos castrados, ustedes se las arregló para hacer una noche muy entretenida."
"Club nudista, emergencias médicas falsas, maldita cena entretenida, robo de autos, acompañantes travestis, Paula gana unos miles, y estuvimos a punto de conseguir ser mutilados por unos matones", dijo Maxi, de pie más derecho.
"No está tan mal, ¿eh?" Guille se volvió para mirarlo. "¿Grand Theft Auto?"
Maxi se frotó la cara, sacudiendo la cabeza. "Una historia para otra vez."
Guille levantó una mano, con los ojos muy abiertos como si hubieran pasado de su primera pregunta. "¿Y cómo podría olvidar a Mike Hawk? Creo que, sobre todo para ustedes dos, Mike Hawk figuró muy prominente en las actividades de esta noche." Guille hipo, tejiendo un poco cuando las puertas de nuestro piso se abrieron. "Yo diría que eres un dominado, pero creo que es aún peor que eso."
Vi como la sonrisa de Maxi pasó de autosatisfacción a burla.
"Guille. Querido." Él puso una pesada mano en la mejilla de Guille y chasqueó la lengua. "No puedo esperar a que una chica llegue a tu vida y te saque los pies de la tierra. Crees que tienes las cosas organizadas. Crees que estás contento con tu departamento de soltero de bajo perfil, con tus triatlones y tu trabajo y tu sexo programado. Cuando esa chica llegue a tu vida, voy a decir que te lo dije, y le dará ninguna maldita simpatía cuando te hayas convertido en un enfermo del amor." Con una ligera bofetada en la mejilla de Guille, él se alejó, riendo mientras caminaba por el pasillo. "No puedo esperar amigo."
Guille observó a Maxi que caminaba con los miembros pesados y arrastrando los pies. Luego se volvió hacia mí, expectante, como si esperara que agregue algo. Me encogí de hombros. "Más o menos lo que dijo. Cuando encuentre a esa chica, estaremos encantados por ti, pero sobre todo estaremos encantados de joderte por siempre."
"Es por eso que eres de los míos", murmuró, golpeándome ligeramente en el pecho antes de dar vuelta en sentido contrario por el pasillo.
Guille me ofreció de las buenas noches, me dirigí a mi habitación, deseando saber donde Paula se alojaba. A pesar de que estaba exhausto y medio borracho, aun así me habría ido abajo y me subiría a un taxi para ir a cualquier lugar por ella.
CAPITULO 105
"¡Soy un ciudadano americano!" Guille gritó, y luego se dejó caer en el sofá de la histeria. Fue probablemente la décima vez que hacia esta proclamación, en los últimos quince minutos.
"Así que," comencé. "Les pagaste a esos hombres cien dólares para asustarnos hasta orinarnos. ¿Cómo resultó eso para tí?"
Ignorándome, Guillermo pretendía enjugar una lágrima. "Su grito de guerra patriótica, al final se va a quédate conmigo durante toda mi vida."
"Fue bastante sorprendente", Maxi agregó.
Nos sentamos alrededor de una mesa baja de vidrio en un bar elegante en el Bellagio, nos sentamos en unos sofás de gamuza suave y bebimos nuestro millonésimo coctel de la noche. Mi embriaguez se coló en mí, hasta este momento, yo realmente no la había sentido. Pero con mi adrenalina deslizándose lentamente por mis venas, y sabiendo que las chicas estaban a salvo en sus camas, mis miembros se pusieron pesados con los efectos de nuestras aventuras, y el alcohol acumulado.
A nuestro alrededor, el bar estaba tranquilo, eran bien pasadas las tres de la mañana, y la mayoría de las personas restantes estaban en el casino, o en uno de los bares más salvajes.
Por el rabillo de mi ojo, vi a un hombre acercarse a nuestra mesa. Llevaba un traje de chaqueta, un auricular, y tenía la clara mirada de importancia. Los camareros hicieron sitio para él, todos le ofrecieron saludos nerviosos. Es evidente que alguien de la circunstancia se dirigía a nosotros, y dado que Guille estaba sentado en la mesa, me sentía reacio a pensar que estaba jodiendonos de nuevo.
"Caballeros", dijo el hombre, de pie en la cabecera de la mesa. "Ustedes deben ser Pedro, Maxi, y Guillermo ".
Todos asentimos, compartiendo bromas.
"El mayor señor Alfonso nos acompaña en la sala de los grandes apostadores," él dijo . Así que ahí es donde Fede había llegado. "Sin embargo, su teléfono está muerto, y él me pidió viniera a verlos. Mi nombre es Michael Hawk, y yo soy el vicepresidente de relaciones con los clientes aquí en el Bellagio."Mike Hawk: la pronunciación de este nombre suena como "my cock" que significa "mi polla".
Eche un vistazo a mis amigos, para ver cuando se registraron que con algunas personas en su vida, este el hombre podría ser conocido como *Mike Hawk*. Guillermo cerró los ojos por un instante, tragó saliva con esfuerzo, y luego los abrió de nuevo, conteniéndose a sí mismo.
Maxi asintió, y para mi fascinación por completo, tuvo que morderse su labio superior para reprimir cualquier reacción adicional.
"Yo quería asegurarme de que estaban disfrutando de su noche," el Sr. Hawk continuó, mirando a cada uno de nosotros.
"Ha sido fantástica", le respondí, incapaz de apartar la mirada de Maxi. Yo no había visto nada como esto de él en al menos una década: su labio tembló, lo cubrió con su dedo, y sus ojos comenzaron a lagrimear. Por último, miró hacia mí. . . y entonces él maldito no aguanto más.
Con una mano extendida sobre la cara, Maxi se recostó en el sofá y se sacudió de risa simplemente estaba bastante bebido , y lo suficientemente cansado y jodido por la noche de locura que pasamos y ahora perdiendo la cordura en frente de un hombre llamado Mike Hawk que estaba delante de nosotros. A su lado, Guille estaba rojo antes de doblarse y cubrirse el rostro con ambas manos.
"Lo siento," Guille jadeó desde detrás de sus dedos. "No quiero ser grosero, el Sr. Hawk. Solo que es demasiado."
Volviendo al hombre al lado de nuestra mesa, me sonrió.
"Muchas gracias por el check in. Siga con lo suyo y hágale saber a Fede que estamos bien."
Mike Hawk no era un hombre alto, y él no parecía tan duro e intimidante como los ejecutivos del casino en las películas como me esperaba. Tenía una altura media, con una cara amable, redonda y los ojos llenos de entendimiento. Le dio un poco de risa, sacudiendo la cabeza antes de dejarnos "Disfruten de su estancia, señores. "
"Me gustaría decir para que conste," Comencé una vez que se había alejado, "que yo soy el único maldito en esta mesa que fue capaz de mantener su culo cerrado."
"¡Mike Hawk!" Maxi prácticamente me gritó, dejándose caer en sus mano. Tenía los ojos rojos de tanto reír. "¿Cómo se supone que no voy a perder la cabeza por eso? Eso es como encontrarse con un maldito unicornio".
Guillermo se inclinó para chocar los cinco con él, y luego suspiró, apoyando su cabeza contra la parte posterior de la sofá. "Mierda esto puede haber sido lo más detacado de la noche."
"La noche es joven", dijo Maxi, recuperándose con sólo un ligero insulto a sus palabras. Miró el vaso vacío de Guille.
"Pediré otro."
"No. Es demasiado tarde para emborracharme y llevarme por el mal camino."
"Garçon!" Grité sonriendo. "Un whisky para el cascarrabias. Traiga a toda la botella si lo desea."
"Te lo dije, Pedro, no estoy bebiendo eso." Guille puso cara de ira fingida. "Es demasiado tarde para fingir que me quieres."
El camarero deslizó el vaso de whisky en frente de Guille y, con un tintineo tranquilo, colocó toda la botella al lado de él.
Guille me miró a través de la botella, y luego sacudió la cabeza. "No."
"La cosa es," DIjo Guille, lanzando un brazo descuidado alrededor de mis hombros. "Las mujeres son difíciles."
Hizo un gesto con el dedo índice de su mano libre en frente de mi cara. "¿Con qué frecuencia uno se puede imaginar salir de esta manera? "Arrastró la a unos cinco segundos luego se tambaleó hacia adelante, tratando de alcanzar su vaso. Se deslizó fuera de sus dedos antes de que finalmente lo capturó con la palma de su mano.
"Sólo una", admití. "E incluso con Paula, que es diferente que con ustedes. Trato de poner freno a eso de tomar posesión." Me froté la mandíbula, reconsiderándolo. "Más o menos."
"tu frenando para no tomar posesión es como yo frenando el. . ." Se calló, pensando. "El algo. Tengo hambre." Se pasó una mano por la cara y miró su reloj. Al mismo tiempo que yo comprobaba mi teléfono. Eran casi las cinco y media de la mañana. "En realidad, estoy cansado. Nos veremos para el almuerzo al mediodía y así comenzaremos esta puta despedida de soltero de nuevo mañana."
Los tres nos quedamos de pie, cerrando nuestros ojos, nos dirigimos hacia los ascensores, cada uno de nosotros luchando con nuestros bolsillos para encontrar la llave de la habitación para mostrarlas al de seguridad. Nos quedamos en silencio cuando se abrieron las puertas. Esta felizmente borracho y listo para un buen polvo con mi lady arriba. Yo casi no podía esperar para ver con lo que podíamos despertar mañana.
miércoles, 9 de julio de 2014
CAPITULO 104
El hombre del traje negro nos condujo a través de una puerta de servicio, por un pasillo largo y vacío, y luego a través de una puerta sin marcar. Dentro de la sala, completamente blanca, había una mesa de metal no muy diferente a la que habíamos comenzado la noche, con tres sillas plegables de metal.
"Tomen asiento."
El hombre nos indicó nos sentáramos en una de las sillas, y luego volvió a salir.
"¿Qué está pasando?", Preguntó Maxi. "Lo hemos seguido aquí fácilmente por cortesía. Lo menos usted puede hacer es decirnos por qué usted nos pidió que dejáramos la mesa."
"Esperemos a Hammer." El hombre hizo un gesto hacia la silla vacía que quedaba.
Me acomodé en mi asiento mientras que Maxi se puso de pie, caminando durante unos minutos tranquilos antes de suspirar estaba sentado a mi lado otra vez. Sacó el móvil del bolsillo y envió un mensaje, supongo que a Sara.
"Esto es un montón de mierda", se quejó.
Hice un ruido de acuerdo, pero luego dejé de decir más cuando escuchamos pasos que se acercaban por el pasillo hacia nosotros.
Dos hombres entraron por la puerta, ambos luciendo trajes oscuros, pelo corto y las manos el tamaño de sandías.
Ninguno de los dos era más alto que yo, pero tuve la clara impresión de que tenían más entrenamiento de combate que yo. Es decir, un poco.
Nos miramos lo que parecían ser unos pesados largos minuto de silencio. Evaluándonos. Sentía el sudor en mi frente.
O, tal vez, eran policías encubiertos para reprender a la contratación de una prostituta. ¿Si hubiéramos efectivamente pagado por ella? ¿Podría deberse a nosotros? O. . . Cojones!. Tal vez Paula y yo habíamos sido capturados por la cámara y estaban aquí para reventar a nuestros escapadas públicas anteriores. Mentalmente me imagine la llamadas telefónicas que tendría que hacer una vez acusado por cargos de indecencia pública. Abogado, Paula, mamá, socio de negocios con aire satisfecho. Y entonces vi la imagen de todas las fotos policiales espeluznantes en la el papel de los hombres y mujeres que fueron detenidas por follar en los coches o en los puentes, o en terrenos de la escuela y me di cuenta que esta era la razón por la que Paula y yo guardamos nuestras actividades para el club de Johnny. No, nunca veríamos un hombre de traje venir para reprendernos; Johnny cerraría el club antes de que el policía tuviera tiempo de introducir las coordenadas del lugar en su GPS.
Eché un vistazo a Maxi, que, ahora que los hombres se habían unido a la habitación, estaba sentado en su silla encontrándose lo más relajado, como estaría al frente de una mesa de juntas. Tenía una mano en el bolsillo, la otra apoyada en el muslo, y estaba mirando de manera uniforme hacia los dos hombres delante de nosotros.
"Buenas noches, señores", le dije, decidiendo que alguien tenía que empezar las festividades. Los chicos eran hulks, bestias, matones, lograr parecían sacados de los libros de comics o películas de Tarantino. Era casi demasiado fácil querer divertirse, sólo un poco.
El primero en hablar fue el más pequeño de los dos-aunque de ninguna manera era pequeño y tenía una voz casi tan profundo como una niña de cinco años de edad. "Soy Hammer. Y él es Kim."
A mi lado, Maxi Stella estaba bebido lo suficiente como para decir: "Yo aprecio la ironía de esto. En ambos aspectos."
El hombre que se presentó como Hammer miró Maxi para una larga pausa antes de preguntar: "¿Tiene alguna idea de por qué le pedimos a Leroy que los traiga a ustedes dos aquí? "
Le respondí: "Uh, no." Tal como respondió Maxi: "Bueno, definitivamente no es porque no limpiamos la casa."
Cuando dijo eso, por primera vez desde que nos trajeron a la habitación, se me ocurrió a mí que éramos más probable estar aquí por razones de jugar al Grand Theft Auto en las calles o pública indecencia. Y finalmente nos dejarían en libertad, pero íbamos a tener los dedos rotos por un afeminado llamado Hammer y un bruto llamado Kim. Brillante.
Hammer sonrió, diciendo: "¿Tiene usted alguna idea de cuántos imbéciles como tú vemos de constantemente aquí? Afuera un fin de semana con sus amigos con ETS en jeringas infectadas, pensando que van a usar la nuevo copia de cuenta de la tarjeta para que los tonto limpien su casa para que puedan volver y follar el feo culo de sus novias e impresionarlas con los quinientos dólares que ganaron? "
Maxi se aclaró la garganta con la autoridad y preguntó: "¿Realmente ves a dos hombres que realmente encontrarían emoción por ganar quinientos dólares? "
Kim, que era de alguna manera a la vez mucho más grande y menos intimidante que Hammer a causa de los rubíes que llevaba en ambas orejas, se tambaleó hacia delante, golpeando sus puños sobre la mesa, por lo que toda la puta sala sacudió. No pude dejar de notar que Maxi apenas se estremeció en absoluto. Estoy seguro que salté, me habría convencido que la mesa de metal iba a desplomarse sobre nuestras piernas.
"¿Crees que esto es la casa de mierda de tu mami?" Kim gruñó, su voz tan baja y áspera como la de Hammer era de niña. "¿Crees que estás jugando al Go Fish en una maldita mesa de linóleo?"
Maxi se quedó inmóvil, con el rostro impasible. El hombre se volvió hacia mí, con las cejas levantadas como si yo estaba destinado a hablar en nombre de los dos.
"No," dije, dando mi mejor sonrisa relajada. "Si estuviéramos en la casa de mi madre nos hubiera ofrecido chips y Guinness."
Haciendo caso omiso de mi chiste, Hammer se adelantó.
"¿Qué te parece que la casa hace cuando encontramos contadores de cartas aquí? "
"Amigo, yo no sabría cómo contar cartas, incluso si me entrenara el maldito Rain Man. Las repercusiones son más allá de mí."
"¿Crees que eres gracioso?"
Me senté en mi silla, exhalando profundamente. Esto eran pantalones. "Creo que estoy desconcertado. Perdimos todas las fichas. Si hubiéramos estado contando las cartas, no lo estamos haciendo exactamente bien, así que no puedo entender lo que estamos haciendo aquí."
"Los mejores contadores pierden a veces. ¿Crees contando usted siempre ganará? "
Suspiré, inclinándose hacia adelante, apoyando mis codos las rodillas. Esto no iba a ninguna parte. Continué con una pregunta retórica. "¿Te puedo contar un secreto?"
Hammer miró sorprendido, enderezándose. "Adelante."
"Nunca he jugado al blackjack en mi vida antes de esta noche. ¿Entiendes?" Dije, asintiendo con la cabeza a Maxi.
"Él negocia precios de las bebidas cuando estamos sentados en una mesa, así que ya están libres. No jugamos nunca al puto juego. "
Bufando dijo Kim, "Y sin embargo, aquí estás, en un terreno de juego de dos pisos, con diecisiete dobles divididos. "
Maxi se inclinó hacia adelante, realmente curiosa. "¿Eso es Inglés?"
Por primera vez desde que entramos por aquí, vi a la esquina de los labios de Kim contracción, como si la represión de una sonrisa. O un gruñido. En realidad no estaba seguro.
"Voy a darles dos opciones", dijo Hammer. "Uno, les rompo los dedos. O dos, les rompo sus caras."
Parpadeé, sintiendo un breve momento de orgullo que yo había predicho correctamente nuestro castigo. Pero algo que se siente fuera . El hecho de que yo no había jugado blackjack en Las Vegas antes, no quería decir que había estado viviendo bajo una roca. Romper los dedos y la cara de dos hombres sospechosos de contar cartas parecían un toque fuera de protocolo.
"Vamos a ver sus manos", dijo Kim, palmeando la mesa.
"Usted está delirando", Maxi respondió, riendo con incredulidad.
"Voy a empezar con el meñique," dijo Hammer, crispando los labios. "Nadie necesita su meñique."
"Deténganse, ¿de acuerdo?" Gruñí, sintiendo una mezcla desconcertante de impaciencia e indignación en mi pecho.
"Olvida el acento, soy un maldito ciudadano estadounidense, cabrones, conozco mis derechos. Si vas a empezar a hablar acerca de cómo nos vas a torturar, consigue traer aquí un maldito policía o abogado."
La puerta se abrió, y maldito Guillermo entró, aplaudiendo lentamente. Hielo corría por mis venas, y me eché hacia atrás en mi silla con una exhalación dura.
"Oh, gilipollas", suspiré.
"Fue perfecto!" dijo sonrieron a Hammer y Kim, yo gemía, dejando caer mi cabeza sobre mis brazos sobre la mesa.
Debería haber sabido. "Estabas enojado, pero convincente", me dijo. "Pudiste haber tirado en un golpe de puño indignado para un efecto completo, pero me gusta mucho lo que hiciste con lo de ciudadano estadounidense-británico. Realmente me llegó aquí."
Miré hacia arriba justo cuando golpeó su pecho, sobre el corazón, con los ojos suaves y alabando.
Mientras Hammer y Kim se hicieron a un lado riendo, Maxi se puso de pie, caminando hacia Guillermo. Por una segundo me pregunté si iba a darle un puñetazo o tal vez lo golpearía en los testículos, pero luego me di cuenta de que estaba sonriendo. Miró a Guille a los ojos durante un conteo de aproximadamente tres, y luego le dio unas palmaditas hombro antes de simplemente caminar hacia la puerta.
"Bien jugado", murmuró antes de desaparecer por el pasillo.
Hammer y Kim se trasladaron a mí, con las manos extendidas y sonrisas, ahora. "Lo siento hombre" Hammer dijo, riendo. "El sr. Johnny francesa llamó y dijo que teníamos que ayudar a su amigo para igualar el marcador. Al parecer, te merecías algo de venganza por actuar como dominado pequeños bebés?" Él levantó las manos, encogiéndose de hombros de una manera que me hizo preguntarme si estaba asociada oficialmente con la mafia. "Sólo queríamos joderlo un poco."
"Parecía la forma más fácil de conseguirlo lejos de las damas", dijo Guille, balanceándose sobre sus talones.
Suspiré, frotando mi cara y sentí mi ritmo cardíaco volver lentamente a la normalidad. Todo dicho, se trataba de una broma bastante brillante. "Bien, mientras estuvimos aquí, estoy bastante seguro de que Paula estaba allí limpiando."
"Ella lo hizo bastante bien", Guille estuvo de acuerdo. "Unos pocos mil por lo menos."
"Vamos", dijo Kim, ayudándome y dándome una palmada en la espalda. "Vayan por ahí a emborracharse."
"Voy a decir una cosa," dije, volviendo su apretón de manos. "Me voy a quedar jodidamente lejos de las cartas."
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