Me pasé la mayor parte del sábado corriendo en el lago, tratando de airearme un poco, de tomar distancia y aclarar mis pensamientos. Pero aun así el viaje de una hora en coche hasta la casa de mis padres me dio mucho tiempo para que volviera la maraña de frustraciones a mi cabeza: la señorita Chaves, cómo la odiaba, cuánto la deseaba, las flores que le había enviado Javier. Me arrellané un poco más en el asiento e intenté que el ruido sordo del motor del coche me serenara. Sin embargo, no funcionó.
Los hechos eran los siguientes: me sentía posesivo con ella.
No de una forma romántica, sino más bien del tipo: «Darle un golpe en la cabeza, arrastrarla del pelo y follármela», por así decirlo. Como si ella fuera mi juguete y yo no quisiera que ninguno de los demás niños del parque jugaran con él. ¿No era eso muy enfermizo?
Si ella me oyera alguna vez admitir tal cosa, me cortaría los huevos y me los haría comer.
Ahora la cuestión era saber cómo proceder. Obviamente Javier estaba interesado.
¿Cómo no iba a estarlo? Todo lo que le había llegado era información de segunda mano de mi familia, que obviamente la adoraba, y estaba seguro de que le habían enseñado por lo menos una fotografía. Si yo solo supiera eso de ella, también estaría interesado. Pero no había forma de que él llegara a tener una conversación con ella y la encontrara igual de atractiva.
«A menos que solo quiera follársela...»
El sonido del cuero del volante chirriando bajo mis manos me dejó claro que era mejor que no pensara en eso.
Él no habría accedido a conocerla en la casa de mis padres si no quisiera de ella más que sexo, ¿verdad? Sopesé esa idea. Tal vez sí que quería conocerla mejor.
Mierda, incluso yo tenía que admitir que estuve un poco intrigado antes de que llegáramos a hablar. Por supuesto eso no me duró mucho y después ella ha demostrado ser una de las personas más exasperantes que he conocido en la vida.
Desgraciadamente para mí, el sexo con ella es el mejor que he tenido.
Joder, mejor que él no llegara tan lejos con ella. No estaba seguro de tener un buen sitio para esconder un cuerpo por allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario